LOS ANGELES, CA – El dolor y la incertidumbre envuelven a la familia de Rafael Antonio Quintanilla Perdomo, un hombre salvadoreño de 46 años, cuyo sueño de una vida mejor en los Estados Unidos se vio trágicamente interrumpido.
Originario de Santa Elena, Usulután, Rafael fue encontrado sin vida en su humilde residencia en Los Ángeles, California, el 25 de septiembre.
Aquel día, sus compañeros de vivienda salieron a trabajar como de costumbre, pero algo era diferente: Rafael no se despidió como solía hacerlo. Al regresar, la escena que encontraron fue desgarradora. El cuerpo de Rafael yacía inmóvil, su vida apagada de manera repentina.
La familia sospecha que una convulsión, que no pudo ser tratada a tiempo, fue la causa de su fallecimiento.
Sin embargo, aún esperan el dictamen oficial de las autoridades forenses. Rafael había emigrado de manera irregular hace diez años. En Los Ángeles, trabajaba en la construcción, soportando jornadas arduas y difíciles para enviar dinero a su familia en Santa Elena.
El dolor que sienten sus seres queridos es inmenso, pero a esto se suma el desafío de repatriar su cuerpo. Sus familiares, devastados y sin recursos suficientes, han hecho un llamado a la comunidad para recaudar fondos que permitan trasladar los restos de Rafael de vuelta a su tierra natal, donde desean darle el último adiós que se merece.
La situación es desesperante, y la familia ha compartido el número de contacto 7738-8674 para quienes puedan colaborar con esta noble causa.