
La dramática y triste historia de “Baby Nick” comenzó el pasado 24 de septiembre, cuando fue hallado inconsciente dentro de una bañera y pocos días después fue declarado cerebralmente muerto.
El menor de 10 meses envuelto en una batalla legal entre su familia y el Texas Children´s Hospital, murió poco después de ser dado de alta oficialmente el martes, según un médico de familia.



El pequeño seguía conectado a un respirador artificial pero desde su hogar.
Aunque tenía muerte cerebral, sus familiares y abogado alegaban que el bebé seguía vivo porque su corazón latía y corría sangre por sus venas. Por esta razón, estuvieron presentando en varias cortes del condado Harris apelaciones y mociones para darle más tiempo a Nick de que continuara conectado en el hospital.



El tira y afloje entre la familia y el hospital se zanjó luego de la decisión de una corte de apelaciones de no otorgar más tiempo a la familia y fijar un límite para desconectar al niño.
El fin de semana, los abogados de la familia llegaron a un acuerdo con las autoridades del centro de salud para que Nick Torres regresase al cuidado de su familia.